![The Open Cage](https://image.pbs.org/video-assets/HJStTpT-asset-mezzanine-16x9-UPZL4s9.jpg?format=webp&resize=1440x810)
![Truth (La Verdad)](https://image.pbs.org/contentchannels/XtnJMKg-white-logo-41-F0WyFT0.png?format=webp&resize=200x)
The Open Cage
Episode 1 | 1h 10m 53sVideo has Closed Captions
Paula Garcia’s return home is fraught with mystery.
Nine years after Paula Garcia’s high-profile disappearance, a girl claiming to be her escapes captivity. Her return home is fraught with mystery.
![Truth (La Verdad)](https://image.pbs.org/contentchannels/XtnJMKg-white-logo-41-F0WyFT0.png?format=webp&resize=200x)
The Open Cage
Episode 1 | 1h 10m 53sVideo has Closed Captions
Nine years after Paula Garcia’s high-profile disappearance, a girl claiming to be her escapes captivity. Her return home is fraught with mystery.
How to Watch Truth (La Verdad)
Truth (La Verdad) is available to stream on pbs.org and the free PBS App, available on iPhone, Apple TV, Android TV, Android smartphones, Amazon Fire TV, Amazon Fire Tablet, Roku, Samsung Smart TV, and Vizio.
![Discover Mysteries, Romances, & More](https://image.pbs.org/curate-console/f9500b51-fee8-42e2-b98d-ebe5e2e7b040.jpg?format=webp&resize=860x)
Discover Mysteries, Romances, & More
Explore our hand-picked collections of PBS dramas to find your new favorite show. Browse our catalog of sweeping historical epics, breathtaking romantic dramas, gripping crime thrillers, cozy family shows, and so much more.Providing Support for PBS.org
Learn Moreabout PBS online sponsorship[música de intriga] [quejidos] [mujer en la televisión] Es solo que queremos que Paula regrese lo antes posible a casa.
Si alguien de ustedes sabe algo de ella o, o sabe de quién puede tenerla retenida, por favor, acudan a la policía.
Paula, no sé si me estás viendo en estos momentos.
Pero si es así, no olvides lo mucho que te queremos, cariño.
[reportera] Paula es hija de Lidia McMahón y Enrique McMahón, quien llegó a ofrecer 1 millón de euros para quien facilitara cualquier tipo de información sobre su nieta.
[música de intriga] [voz de mujer] Tiene dos mensajes guardados.
[mujer] ¿Hola?
Hola, señor Lalo.
Señor Lalo Ruiz.
Tiene que ayudarme.
Yo sé dónde está la niña esa que lleva tanto tiempo buscando.
Mi hijo... ¡No puedo!
[voz de mujer] Fin del mensaje.
Siguiente mensaje.
[mujer] Soy yo otra vez.
Pero es que esto es muy difícil para mí.
Mi hijo Andrés tiene secuestrada a esa chica.
La tiene escondida en el sótano de nuestra casa.
Le juro que yo no he sabido nada hasta hace unas semanas.
Me dijo que se llamaba Paula.
Paula García.
La vi el otro día por casualidad porque ella intentaba escaparse.
Pobrecilla.
Es que él está enfermo, señor Lalo.
Y yo no me atrevo a llamar a la policía porque... porque tengo miedo de que le hagan daño.
Es mi hijo.
Mi nombre es Adela.
Venga a las 15:30 al pueblo de Ruiloba.
Si hace lo que le digo, podrá llevarse a la niña.
- Ponte esto.
Nos vamos.
- ¿A dónde?
- Póntelo.
Espera, espera, espera.
Pon música.
- No.
[bofetada] - Ya verás qué pronto se te va a pasar a ti esa chulería.
- Señor Lalo.
- ¡Adela!
[Adela] Señor Lalo.
- ¿Es usted Adela?
- Sí, sí.
- Suba al coche, vamos, que aquí nos vamos a mojar.
- Mi hijo se ha enterado de que le llamé.
Y me ha golpeado.
Se está llevando a la niña de la casa.
Creo puede cometer una locura.
- Vamos, subamos al coche y acompáñeme a la casa.
- No.
Si me ve con usted, será peor.
Vuelva a la carretera general.
Al final de la recta hay una cuesta.
Suba.
Verá la casa.
- Joder.
- Vamos.
Espera.
Qué pena que no te hayas portado bien.
Con lo que me gustabas.
Vamos.
Sube.
[música de intriga] [claxon] - Joder.
¡Me cago en la puta hostia!
- Si haces alguna tontería o intentas escapar, te mato.
¿Hmm?
Tu jefe nos espera.
- Entra.
[música de intriga suave] - Es una chica muy especial.
Con carácter.
Ha estado en mi casa estos últimos meses.
- ¿De dónde ha salido?
[secuestrador] Ha vivido mucho.
Lleva en esto desde los ocho años.
- ¿Raptada?
- No sé.
Pero sabe de qué va esto.
Hace maravillas.
- ¿Cuánto?
- No voy a regatear.
- Entonces déjala y vete.
[risa] No, en serio.
¿Cuánto?
- No sé.
Yo pagué 10 mil por ella.
- Estás desesperado por deshacerte de ella.
No estarás intentando joderme, ¿eh?
No me gusta que me jodan.
Está bien.
Vete.
El chico te pagará.
Yo, mientras, me quedo aquí a solas con... ¿Cómo te llamas?
- Paula.
[hombre] Muy bien, Paula.
A ver si eres tan maravillosa como dice tu papi.
¿Te gustan las mujeres?
- Me da igual.
- ¿Y yo?
¿Te gusto yo?
- Depende de cómo me trate.
- Hmm, del placer al dolor hay un límite muy estrecho.
- ¿Ese es tu rollo?
- Te hacen falta pocas palabras para entender.
Bien.
- ¿Te va pegar o que te peguen?
- ¿Tú qué crees, puta de mierda?
¿Hmm?
[jadeos] ¿Crees que me va que me peguen?
- No, no.
- ¿Y a ti?
¿Te va esto?
¿Eh?
¿Te gusta esto?
- Sí, sí, sí.
- Se dice: "Sí, mi amo".
- Sí, mi amo.
- Muy bien.
Muy bien.
- Tengo que ir al baño, mi amo.
[hombre] Claro que sí, cariño.
Te lo has ganado.
Está saliendo por el pasillo a la izquierda.
- Paula, ¿dónde vas?
- Voy, voy al baño un momento.
Me, me ha dado permiso el señor.
[guardia] Entra.
[música de intriga] - Oye, perdona, ¿me puedes ayudar?
Es que no funciona el grifo.
- Y tú, lárgate.
[Paula] Es este.
¿Ves?
No funciona.
[guardia] ¡La chica!
- ¿Eh?
Niña.
¡Niña!
¿Dónde vas?
Pero ¿dónde vas?
[secuestrador] Si me ayudan, la cogemos.
- ¡Eh, quieto!
El dinero.
- Vamos, gilipollas.
- Que no se te ocurra moverte.
Tú no has estado aquí, ¿me oyes?
No has estado aquí.
Tú no me conoces.
[quejido] [joven] ¿Estás bien?
[Paula] Sí, estoy bien, estoy bien.
- Hey, hey, hey, ¿qué haces, niña?
- Por favor, sáqueme de aquí.
[camionero] Baja de aquí, venga.
- Arranque, arranque.
Me están siguiendo, por favor, ayúdeme.
- ¿Quién te sigue?
¿Es ese?
- Por favor, vámonos de aquí.
Vámonos, por favor.
- No te preocupes.
Te llevaré a la comisaría.
- No, no, a la policía no.
Mire, mire, le haré o que quiera.
Le haré lo que quieras.
Por favor.
[camionera] Pero ¿qué haces?
- Sácame de aquí.
[camionero] ¡Tápate!
¡Tápate!
- Por favor.
Le haré lo que quiera.
- ¡Que no!
- Por favor, arranque.
Arranca, por favor.
[camionero] Ya, vale.
Nos vamos en seguida.
- ¿Por qué te desvías?
- Tranquila.
Tengo que parar a echar gasolina.
Llénelo.
¿Sí?
¿Policía?
Eh, mire, acabo de recoger una chica en mi camión.
Que le han agredido.
Sí, sí.
Sí.
¡Hey, tú!
¡Espera, chica!
¡No te vayas!
¡Chica!
[Ana] ¡Lalo!
¡Lalo!
¿Estás bien?
- Claro que estoy bien.
¿Por qué has tardado tanto y por qué no coges el teléfono, coño?
Estaba a punto de ponerme a hacer dedo, Ana.
- Porque estaba conduciendo.
Perdona por dejarlo todo y venir a buscarte.
¿Qué te ha pasado?
- No me ha pasado nada.
He tenido un descuido, he pisado un... Oye.
Perdona el mal genio, ¿vale?
Y gracias por venir.
- He estado a punto de no hacerlo.
- Venga, me tienes que llevar a Ruiloba.
- Espera, ¿a Ruiloba?
No puedo llevarte.
Entro a trabajar ahora.
- ¿Qué crees?
¿Que te he llamado para que me lleves a casa?
Hubiese cogido un taxi.
¿Dónde te has aparcado?
- Allí.
- Pues venga.
Vamos, vamos.
- Casi te matas en el coche, tienes un collarín.
¿Qué tienes que hacer en Ruiloba ahora?
- No sé si te lo quiero contar, ¿vale?
- Muy bien, no me lo cuentes.
Te llevo a casa.
- Quiero comprobar una llamada.
Una pista, una posible pista sobre Paula García.
- Sigues con eso, ¿eh?
No lo vas a dejar nunca.
- Pues ya ves.
Es imposible, no me deja.
- Vale y yo tampoco de dejo ir a Ruiloba.
Nos vamos a casa.
- ¿Me vas a sacar la placa de policía?
- Si hace falta sí.
- Me encanta cuando te pones de poli.
[risas] [jadeando] [música sentimental] - No, no me hagan daño, por favor.
- Tranquila, tranquila.
¿Necesitas ayuda?
- Soy Paula García.
Me secuestraron hace muchos años.
Quiero que me lleven a mi casa.
Quiero volver a mi casa.
Quiero que me lleven a mi casa.
Quiero volver a mi casa.
[sirena policial] - ¿Seguro que es ella?
- No ha dicho nada en el hospital.
[policía 1] Hombre, se lo estará diciendo a la psicóloga.
[policía 2] Seguro.
[policía mujer] A mí no se me parece.
[policía 2] Hombre, han pasado años.
- Esto no es un zoo.
Venga, fuera.
¡Ya!
Andrea, déjanos solos.
Luego seguís.
- Preferiría quedarme si no te importa.
- Está bien.
Pero tú sola.
- Marta, por favor.
Perdona.
[Costa] ¿Qué?
- [susurrando] Paula no quiere hablar.
Solo quiere irse con su familia a casa.
Y es normal.
- Lo sé.
¡Eh!
Está muy caliente.
Vigila no te quemes.
¿Te sigue doliendo?
Sí, claro.
Toma.
Pronto te harán efectos los calmantes.
Te, te sentirás mejor.
- ¿Habéis llamado ya a mis padres?
- Lo haremos en cuanto nos contestes, Paula.
¿Por qué no quieres hablar con nosotros?
- Quiero ver al inspector Marcos Eguía.
- Sí, sí.
Ya sé que quieres ver al inspector Eguía.
¿De qué conoces al inspector Eguía?
- Perdona, ¿podemos salir un momento?
Costa, yo avisaría a Eguía.
Está empeñada.
Y cuando más insistamos, será peor.
Piénsatelo, ¿vale?
[Ana] Hola.
¿Qué pasa?
¿Por qué estáis todos aquí?
- Han encontrado a Paula García.
- ¿Paula García?
¡Costa!
Perdona, acabo de enterarme.
¿Es ella?
¿Es Paula García?
- Eso dice.
- ¿Habéis avisado ya a la familia?
- Perdóname, Ana, tengo que hablar con la lola.
[llamada al celular] - Joder.
Dime, Ana.
- Han encontrado a Paula García.
- ¿Qué?
- La han encontrado tirada en la calle.
Hace un rato.
- Eso es imposible.
Paula García está muerta.
- Eso pensábamos todos, pero está aquí.
[Lalo] Ana, por favor, no se lo digas a nadie más.
Y no llames a tu marido.
Sobre todo, no lo llames a él.
- No me puedes pedir eso.
- Serán solamente unas horas hasta mañana por la mañana.
Déjame que yo dé la exclusiva.
Llevo años detrás de esto, por favor.
[Ana] Vale.
Pero si estos sacan un comunicado antes, no es mi culpa.
Gracias.
Gracias, de verdad.
[música de intriga] [Costa] Lo he vuelto a intentar y nada.
Solo quiere hablar con el inspector Eguía.
[jefa] Pero ¿tú le has dicho que Eguía es nuestro portavoz?
Eguía ya no puede llevar tu caso.
Y menos este.
Le falta experiencia.
Le viene grande.
[Costa] No perdemos nada.
[golpes en la puerta] [Eguía] Con su permiso, jefa.
Vengo por si puedo ayudar.
- Hombre, Eguía, casualmente hablábamos de usted.
¿Sabe por qué la chica solo quiere hablar con usted?
- No tengo ni idea.
Pero si me dejan, se lo pregunto.
[jefa] La familia de la chica, los periodistas, internet.
En cuanto esto se sepa va a ser un no parar.
- Y nadie mejor que yo para manejar a los medios.
Puede que me falte experiencia, pero el caso no me viene grande.
- Eguía, no quiero ofenderle, pero lo suyo es dar la cara.
Maquillar nuestras cagadas.
Pero contar un caso no es lo mismo que llevarlo.
Para eso hace falta algo más que facilidad de palabra y una cara bonita.
- ¿Qué más hace falta?
- Estómago.
Hace falta estómago.
- Confíe en mí, comisario.
- Habla con ella.
Pero el caso lo llevará Costa.
Ella dirige, ¿entendido?
- Entendido.
¿Es este tu bolso?
- Sí.
- ¿Y el móvil que hay dentro?
- También, pero no funciona.
- Ya sé que no funciona.
Y tampoco tiene tarjeta.
[Paula] Hmm.
Gracias por venir.
- ¿Por qué sabes mi nombre?
¿Quién te lo ha dicho?
- Quiero que me lleves a mi casa con mis padres.
¿Lo harás?
- Sí, claro.
Pero antes, necesito que me respondas unas preguntas.
Tenemos que estar seguros de quién eres.
- Soy Paula.
- Ya, pero no estamos seguros.
No tienes documentación ni nada que lo demuestre.
- ¿Y quién voy a ser si no?
[jadeo] ¡Mis padres!
[Eguía] ¿Cómo se llama tu madre?
- Lidia.
[Eguía] ¿Y tu padre?
- Fernando.
Y mi hermano, Toni.
Quiero que me lleves con ellos, por favor.
[Eguía] ¿Cómo has llegado hasta aquí, Paula?
Respóndeme, por favor.
¿Qué haces?
- Tengo una cicatriz en el muslo.
Me la hice de pequeña cuando me caí de un columpio.
Puedes verla si no te lo crees.
- No hace falta que me lo enseñes.
Solo necesito que respondas mis preguntas.
¿Qué haces?
Que qué haces, Paula.
He dicho que pares.
- Tú sabes que la tengo, lo dijiste en la tele.
- ¿O sea que me has visto en la tele?
- Dijiste: "No podemos dar a Paula por pedida ni a ninguna de las menores desaparecidas".
Me la sé de memoria.
Pero ¿por qué no me crees?
- Sí te creo.
Pero dime dónde has estado todo este tiempo.
- Escapé de un camión.
Me bajé en una gasolinera.
En el camión había más chicas.
Ocho o nueve, por lo menos algunas eran extranjeras.
Rumanas.
Creo.
Nos llevaban a Francia.
No, no sé a dónde.
Un sitio de Francia.
No, no me acuerdo bien.
Yo no sé francés, pero... - Paula, ¿para qué os llevaban a Francia?
- ¿Tú qué crees?
- Quiero que me lo digas tú.
- Los médicos me han explorado, seguro que te lo han dicho.
- Sí.
También me han dicho que has sufrido varias fracturas.
Tienes desgarros, marcas y cicatrices.
Y has abortado al menos una vez.
Paula, por eso quiero ayudarte.
Pero tienes que decirme dónde has estado.
Confía en mí.
- He estado en muchos sitios.
Nos llevan y nos ponen a trabajar, como dicen ellos.
Cada una en una habitación.
Siempre lo mismo.
No te dejan salir hasta que no has estado con cuatro o con cinco.
Algunas dicen que te acostumbras, pero... Pero es mentira.
- Vamos a detener a los que te han hecho eso.
Te prometo que vamos a detener a los que te han hecho eso, Paula.
- Yo solo quiero volver a mi casa con mis padres.
- Lo sé.
- Gracias, cariño.
- No, esto no me vale.
Olvídalo.
[hombre] Pero ¿te gusta?
- No, ¿qué coño me va a gustar, hombre?
Vamos con esta.
[hombre] Ya, pero es que estamos esperando que nos dé gráficos, todavía nos tienen... - Me da igual.
Vamos con esta.
- Hombre, mira quién está aquí.
[Ramiro] Si no lo veo, no lo creo.
Lalo Ruiz de vuelta en mi periódico.
- ¿Qué esperabas?
No soy rencoroso.
- Pero yo sí.
Si vienes a pedir dinero, olvídalo.
- No me toques los cojones que acabo de llegar.
Vine a contarte algo importante.
No te lo vas a creer.
- Casi seguro que no.
[Lalo] Paula García.
Paula García ha aparecido viva.
- ¿Qué dices?
- La fuente es absolutamente fiable.
Hoy no tengo los datos, pero la niña ha aparecido y ha aparecido aquí, en Santander.
- ¿Y dónde ha estado todo este tiempo?
¿No se suponía que estaba muerta?
- Dímelo a mí.
Por publicarlo perdí mi trabajo, mi dinero, mi prestigio y hasta mi dignidad.
Pero si esa es la niña, lo cambia todo.
- Entra anda.
Izquierdo, ven.
- Izquierdo, uh.
[Ramiro] A la primera cagada estás fuera.
- Hecho.
¿Con quién hablo para un adelanto?
[música de intriga] - Buenos días, ¿están los señores?
- Eh, sí, sí está la señora adentro.
¿Quiénes son ustedes?
- Policía.
- Por aquí.
Siéntense.
- Se trata de su hija Paula.
- ¿Nuestra... Paula?
[Eguía] Ha aparecido viva.
- Y se encuentra perfectamente bien.
Han pasado... ¡Eh!
- Todavía no sabemos muy bien los detalles de la operación.
Ni la policía, ni la familia han dado ningún tipo de información sobre lo ocurrido.
Lo único que sí os podemos confirmar es que hace escasos momentos un coche de policía ha abandonado esta casa, el que fuera el hogar de Paula García, sin hacer ningún tipo de declaración.
[reportera] Estamos en la comisaría donde se encuentra la joven.
Como todo el mundo sabe, la policía habría encontrado la pasado noche en la zona del puerto, una chica cuya identidad podría corresponderse con la de Paula García, desaparecida hace nueve años en los alrededores de la casa... [Lalo] ¿Quién lleva la investigación?
Necesito hablar con ellos.
- Alicia Costa.
Y Eguía.
- ¿Eguía?
¿El portavoz?
Y ese, ¿qué pinta?
- Lo pidió la niña.
- ¿Cómo que lo pidió la niña?
Explícame eso, Ana.
- No, no pienso contarte nada más.
Hay mucho revuelo.
No querían que se filtrara la noticia.
Además, me pides que no se lo cuente a Ramiro y se lo cuentas tú.
Tienes unos huevos, tío.
- Es fuerza mayor.
Necesito trabajar, ¿vale?
[reportera] El caso dio un giro inesperado cuando el periodista Lalo Ruiz acusó públicamente a los padres de la niña de estar detrás de su desaparición.
En un polémico libro planteaba la terrible hipótesis de que tanto Fernando García, como Lidia McMahón, padres de Paula, habían ocasionado la muerte de su hija y habían tratado de ocultarla a través de una supuesta desaparición.
- Te van a poner a parir en todas partes.
- Pero ¿tú de verdad te crees que es ella?
- Lalo, no empieces, ¿eh?
- Harán prueba de ADN, ¿no?
[Ana] Pues claro que no.
Si los padres la reconocen y ella los reconoce a ellos, no hay ninguna necesidad.
Ningún juez lo autorizaría.
- Y si no la reconocen, ¿qué?
[inaudible] ¿Por qué no lo dejas ya?
Es ella, Lalo.
Estabas equivocado, todos lo estábamos.
Hace tus artículos, pide disculpas y olvídate del tema de una vez.
[mesero] Eso, eso es lo que tiene que hacer.
Pedir perdón, ahora que le reconozco.
[gente murmura] [música de intriga] [Eguía] Ya pueden pasar.
[exhalación] - Pasen, por favor.
[música sentimental] - Mamá.
- Paula.
[sollozos] - Papá.
- Hija.
- ¿Toni?
- Agente.
Quiero ver al comisario.
[agente] Señor McMahón, le está esperando.
- ¡No!
Quiero ver inmediatamente a Soledad Laguna.
[agente] Un momento, por favor.
[golpes en la puerta] [Soledad] Señor McMahón, me alegra recibirle con tan buena noticia.
- ¿Buena noticia?
Mi nieta ha estado desaparecida nueve años y se ha liberado por sus propios medios sin que la policía haya intervenido.
No creo que sea una buena noticia.
Ya que no hicieron su trabajo durante todo este tiempo, espero que ahora encuentren a los responsables.
- Por supuesto, don Enrique.
Por favor, sígame.
La llevaré con ella.
[Lidia] ¿Qué te ha pasado en el brazo?
Papá.
- ¿Y la abuela?
- La abuela nos dejó hace mucho, hija.
Pero tú... has vuelto.
- Abuelo.
- Ya está, ya está, ya está.
Ya ha pasado todo.
[murmullos] [sirenas policiales] [periodista] ¡Paula, Paula!
[periodistas hablan al mismo tiempo] ¿Se encuentra bien?
[Lidia] Cuidado, cariño.
Mira quién está.
Rosario.
[Rosario] Hola, [inaudible] ¿Te acuerdas de mí, cariño?
Bienvenida.
- Hijo de... - Fernando.
Fernando, Fernando.
Por favor, Fernando.
- Perdóneme, ha entrado sin que me dé cuenta.
[Lidia] No pasa nada, Rosario.
Me encargo yo.
Avisa a Bashir.
[Rosario] De acuerdo.
[Lalo] Solo quiero hablar un momento contigo, Lidia.
[Lidia] Te vas o te echan, tú decides.
- No has cambiado nada.
- Vete de aquí.
- Lidia, solo quiero hablar un momento contigo.
[Lidia] Te vas o te echan, tú decides.
Te ha faltado tiempo para aparecer, ¿no?
¿Ya tienes un título para tu segundo libro?
¿Cómo se va a llamar?
Espera que te ayudo.
¿Por qué no le pones "Así jodí a una familia"?
[Lalo] Dame una entrevista y te dejo ponerle el título que tú quieras.
[Lidia] Esto es lo único que te vas a llevar de aquí.
¡Bashir!
El señor ya se marcha.
Acompáñalo afuera.
[Fernando] Claro, claro, claro.
Sí.
Sí, sí.
No, no te preocupes.
Estaremos en casa.
Sí.
Seguro.
Muchas gracias.
Gracias, de verdad.
¿Estás bien?
- Bueno, ya estamos en casa.
¿Quieres que te prepare algo de comer?
- No tengo nada de hambre.
Es que me duele el hombro.
- Te vendrá bien un calmante.
- Sí, tiene razón.
Pues te preparo un poquito de leche para que te la tomes, ¿eh?
[Fernando] Yo se la preparo.
No te preocupes.
- Perfecto.
Pues pienso que sería una buena idea que tú y yo subamos ahora a tu habitación.
- Vale.
[música de intriga] - A tus amigas les gustaban las estrellas de cine.
A ti las de verdad.
- No me acuerdo.
- Bueno, cariño, no, no pasa nada.
Es normal.
Han pasado muchos años.
- Pero todo sigue igual.
- Te he preparado esta ropa, a ver si te sirve.
Luego, con más calma, ya compraremos lo que necesites, ¿eh?
[exhalación] - Es aquí donde pasó, ¿no?
En esta casa.
- ¿De eso sí te acuerdas?
- No mucho, pero lo leí.
Dijeron muchas mentiras, mamá.
No soporto que os echaran la culpa a vosotros.
- Y bueno, ya sabes cómo son los periodistas a veces.
Olvídalo.
- Sobre todo ese, ¿no?
El que estaba afuera, al que le has pegado.
- Paula, no debí hacerlo, pero perdí los nervios.
- No se lo diré a papá.
Ni a nadie.
- Te la dejo ahí, cariño.
- Gracias.
- Bueno, ¿estarás bien?
- Sí.
- ¿Me preparas una?
Creo que también la necesito.
Gracias.
Dice que no recuerda nada.
- Mejor.
Ha tenido que ser horrible.
Es un mecanismo de defensa.
Cuando la mente no quiere recordar... - Fernando, no me digas estas cosas ahora.
- Lo siento.
Me parece un milagro.
[melodía infantil] [música de intriga] [sollozos] [llamada al celular] [Lalo] Echaba de menos el acoso de los directores de periódico reclamándome un artículo.
Acabo y te lo mando.
- ¿Qué cuentas de nuevo?
- Que la madre del loco que la tenía secuestrada me llamó y que la policía no quiere mi colaboración para resolver el caso.
- ¿Y eso es verdad?
¿Se la has ofrecido?
[Lalo] Bueno, pensaba hacerlo ahora mismo.
Pero como van a pasar de mí, estoy adelantando trabajo.
- Eres un hijo de puta.
[Lalo] ¿Dónde estaba la niña?
¿Quién la tenía?
Eso es lo que la gente quiere saber.
Así que no te quejes, que estoy abordando el campo.
[Ramiro] Mándamelo.
Ah, y dile a Ana que, que yo también salgo esta noche.
- ¿Cómo sabe tu marido que estás aquí?
- No lo sabe.
Se lo acabas de decir tú callándote.
[llamada al celular] - ¿Quién es?
- Eduardo, Lalo Ruiz.
Periodista.
- ¿Cómo tiene mi número?
[Lalo] Tengo algo mucho mejor.
La madre del secuestrado de Paula García me llamó un día antes de que reapareciera.
- ¿Cómo?
[Lalo] Lo que está oyendo.
No sé cómo se llama ni tengo su teléfono porque llamó desde una cabina, pero sé donde vive.
[Eguía] Deme la dirección.
- Déjeme acompañarle.
- No.
- Que tenga suerte.
[llamada al celular] [Eguía] ¿Para qué quiere ir?
[Lalo] Esa niña ha destrozado mi vida.
Nadie sabe de este caso más que yo.
Quiero saber cada detalle.
Volver a tener una vida normal depende de ello.
- Paso por alto que me está chantajeando porque lo necesito.
¿Entendido?
- Hombre, yo lo llamaría colaboración.
- Dígame lo que sabe y veré lo que puedo hacer.
- Es en Ruiloba.
En una casa a las afueras del pueblo.
- Muchas gracias por la información.
- Ha sido más fácil de lo que esperaba.
- Es joven, es inexperto, pero es listo.
No lo subestimes.
Buenas noches.
- Espero no haberte metido en un lío con tu marido.
- Mi marido y yo corremos una maratón.
Lo nuestro es un sprint, no hay comparación.
Y él lo sabe.
Chao.
[Paula] ¿Tú tampoco puedes dormir?
Tranquilo.
No me chivo.
Toni.
- ¿Qué?
- ¿Tú te acordabas de mí?
- No mucho.
¿Tú?
- No mucho.
[risas] - Ay, hermanos.
- Sí.
- ¿Fumas?
- No, pero una calada.
Tú sabes que me puedes preguntar lo que quieras, ¿verdad?
[Toni] Claro.
Aunque la psicóloga ha dicho que no te preguntemos mucho.
- Ah.
Tú sí, que me puedas preguntar lo que quieras.
Seguro que tienes mogollón de preguntas.
¿A que sí?
Tienes novia, ¿verdad?
- ¿Cómo lo sabes?
[Paula] Por como me miras.
[risa] No te preocupes.
Es normal que se te pasen esas cosas por la cabeza.
Somos hermanos.
Bueno.
A ver si ahora puedo dormir.
- Paula.
Me alegro de que hayas vuelto.
- Gracias, cariño.
[música de intriga] [despertador] - ¿Paula?
¿Paula?
¿Paula?
¿Paula?
Paula, ¿estás ahí?
Toni, ¿has visto a tu hermana?
- ¿No está en su habitación?
- No.
¿Paula?
Fernando, Fernando.
Paula no está.
Ayúdame a buscarla.
Paula, ¿dónde estás?
Paula, ¿estás ahí?
¿Paula?
Paula.
Fernando, está afuera.
[Fernando] Voy a buscarla.
- No, déjame a mí.
- Paula, por Dios, ¿qué haces aquí con este frío?
- Es que necesitaba tomar un poco el aire.
Perdóname.
- No, no, no.
Perdóname, perdóname tú a mí.
Es que he ido a tu habitación, no te he encontrado y nos hemos puesto a buscarte y... Nos hemos asustado, hija.
¿Qué pasa, cariño?
- Mamá.
- Dime.
- Tuvieron que venir en coche, ¿no?
- Paula... - Es que, si me hubieran cogido en brazos, habrías oído mis gritos.
- ¿Quieres que vayamos a desayunar?
¿O prefieres que nos muramos aquí de frío?
Venga.
Venga.
[música de intriga] - Pero ¿qué hace este tío aquí?
- Espera, espera un momento.
¿Qué haces aquí?
- Mi trabajo.
Los vecinos dicen que vive solo.
Con la madre.
- Hablar con los vecinos es trabajo de la policía.
[Lalo] "Andrés Herrera, 40 años.
Soltero y...".
Sorpresa.
"Policía municipal de baja por depresión".
Quizás por eso la niña no quiso ir a la policía.
Eso dijo el camionero, ¿no?
- ¡Eguía!
- Policía y en baja por depresión.
- ¿Y esto cómo lo sabes tú?
Vamos.
[música de intriga] - No sé de dónde han sacado que yo he llamado a ningún periodista.
Yo no sé nada de ninguna chica.
- No es eso lo que nos ha dicho el periodista Lalo Ruiz.
- Digan lo que digan, no es verdad.
No digo que lo haya hecho con mala intención.
Se habrá equivocado.
Las personas se equivocan.
Es, es la lavadora, está vieja y hace ruido.
[música de acción] [Costa] ¡Alto!
¡Policía!
[señora] ¡No!
¡Es mi hijo!
¡Por favor!
Mi hijo, por favor.
[Costa] ¡Señora!
[señora] Está enfermo.
Por favor.
Por favor.
[Costa] ¡Eguía!
- ¡Costa, por aquí!
- Me ha engañado, por favor.
Ayúdelo, por favor.
- ¡Manos arriba!
¡Manos arriba!
[Costa] ¡Quieto!
[Eguía] ¡Al suelo!
No te muevas.
Tírate al suelo.
[Costa] Eguía, ya estoy aquí.
No hagas nada.
¡Tú!
[Eguía] ¡Al suelo!
[Costa] Andrés, solo queremos hablar contigo.
La niña está bien.
[Eguía] Hazle caso, Andrés.
Baja las manos y todo irá bien.
Eso es.
- ¡No!
- ¡No!
[golpe] [música se intriga] [periodistas murmuran] - Señora, hemos encontrado esto.
¿De quién es?
[señora] Digan lo que diga, él no era un mal chico.
Tenía eso, pero era mi hijo.
- Usted le lavaba la ropa.
El lavadero estaba lleno de ropa suya.
Usted sabía que su hijo tenía una niña secuestrada.
Lo sabía y lo consintió.
[señora] Yo no he sabido nada hasta hace una semana.
[Costa] ¡Mentira!
¿Y por qué no llamó a la policía?
- Mi hijo era policía.
Decía que sus compañeros lo sabían.
Y que no pasaría nada.
- ¿Y si eso que dice es cierto?
Dígame, ¿dónde la tenía encerrada?
Dígame dónde la tenía encerrada.
- Jefe, hemos encontrado algo.
Por aquí.
- Aquí hay algo, ¿no?
- Mire.
- Ven.
Ayúdame.
Vamos.
Más, más, más.
Qué hijo de la gran puta.
Me cago en la hostia.
- Joder.
[Costa] Con cuidado, ¿vale?
[música de intriga] Hostia.
- Aquí hay algo.
- A ver.
- Todos son desapariciones.
"Fallece la esposa del banquero Enrique McMahón".
"Lidia McMahón declara: 'Siento que mi hija sigue viva'".
Mira.
- "Marcos Eguía nombrado nuevo portavoz oficial de la policía de Santander".
Ya sabemos de dónde sacó tu nombre.
- No lo entiendo.
Si ha estado aquí encerrada, ¿por qué no nos lo contó?
- El tío era policía.
A ver con qué le amenazaba, qué le contaba.
Ahora entiendo por qué recelaba tanto de nosotros.
Bueno, de todos no.
Menos de ti.
[periodistas murmuran] - ¿Has visto a Costa?
- ¿Costa?
No, no.
- Eguía, ¿qué ha dicho la madre?
[reportera] ¿Nos puede dar un nombre?
[Lalo] ¿Ya ves?
Soy testarudo.
[reportero] Eguía, Eguía, Eguía.
- Compañeros, compañeros, por favor, por favor.
- No quiero que hables con la madre.
Ni con la policía municipal.
- No puede prohibírmelo.
- Pero puedo detenerle por obstrucción.
- Si cree que con eso me va a callar, no me conoce.
- Ni usted a mí.
- ¿Sabe que esa mujer y su hijo solamente llevan unos meses viviendo ahí?
¿Dónde ha estado metida todo este tiempo?
Escúcheme.
No quiero ningún protagonismo.
Pero conozco este caso mejor que nadie.
Puedo ayudar.
¡Eguía!
¡Eguía!
Léalo.
Lo comprenderá todo.
Esa niña no puede ser Paula García.
[reportero] ¡Eguía, Eguía!
[reportera] ¡Por favor!
[Lidia] Pau, ¿qué hacemos?
¿Las verdes o las granates?
Lo digo por la vajilla.
- Eh, señor, está ahí ese policía.
[Lidia] ¿Otra vez?
- Dígale que pase.
[Rosario] De acuerdo.
[Lidia] ¿Qué querrá?
[música de intriga] [Eguía] Buenas tardes.
[Lidia] Hola, buenas tardes.
[Fernando] ¿Ocurre algo?
[Eguía] Necesito hablar con su hija.
Por eso he venido solo.
[Lidia] Bueno, pero en ese caso, nos gustaría estar presentes.
- Claro, no hay problema.
[Lidia] Paula, cariño.
- Hola, Paula.
- Hola.
- Tienes buen aspecto.
- He dormido bien.
Y estoy con mi familia.
- Claro.
- Gracias a ti.
- Voy a enseñarte unas fotos de unos proxenetas albaneses que tienen unos clubs por toda Europa.
Dime si te suenan alguno de estos hombres, ¿vale?
- ¿Es necesario todo esto?
- No te preocupes, papá.
Estoy bien.
- ¿Sí?
[música de intriga] - No, no me suena ninguno.
- Espera, falta uno.
[Paula] Tampoco lo he visto nunca.
Lo siento.
[Lidia] Hey, tranquila.
No pasa nada, cariño.
[Fernando] Creo que es suficiente.
- Eh, inspector, ¿le importa acompañarnos un segundo?
- Sí, claro.
- Verá, si quiere que le sea sincera, me alegra de que no haya recordado nada.
Paula ha vivido un infierno.
Es normal que su mente se proteja.
Quiere olvidar, y nosotros, inspector, también queremos hacerlo.
¿Lo entiende?
- Claro.
No la entretengo más.
Usted tiene mucho trabajo por delante y yo también.
- Se lo agradezco.
Rosario, acompaña al señor a la puerta.
Gracias.
- Recojo mis cosas y me voy.
- Marcos, sabía que no me equivocaba contigo.
[música de intriga] [murmullos lejanos] [música elegante] - Anda, toma.
Vengo ahora.
Me alegro de que hayas podido venir.
Toni, por favor, la camisa.
Que va a venir tu abuelo y... [Toni] Acaba de llegar.
- Es que... Ay.
- Gracias, gracias.
[Lidia] ¡Papá!
Pero qué guapo estás.
Uy.
Y esta corbata es la que yo te regalé.
- Sí, exactamente.
[risa] ¿Dónde está la niña?
- Está arriba.
- Está cambiándose.
- Sí.
Y un poco nerviosa.
- ¿Y la policía todavía no ha dicho nada?
- No.
- Tendré que ocuparme.
- No hablemos de eso.
Es un día de alegría.
- Tiene razón Fernando.
Eh, Toni.
Sube a por tu hermana, anda.
- Ya voy.
- Seis, cinco, siete, dos, ocho, dos.
[jadeos] [voz de mujer] El teléfono al que llama no contesta.
Por favor, deje su mensaje al oír la señal.
- Hola, cariño.
Soy yo Sara.
Sarita.
Ahora no puedo hablar, pero te lo tenía que decir.
Me he escapado, mi amor.
Lo he conseguido.
Te quiero.
Te quiero.
[puerta se abre] - Ya estás preparada, ¿no?
[murmullos] [música de intriga] - El secuestrador que mantuvo a la joven en un zulo, falleció ayer cuando iba a ser detenido.
[psicóloga] Paula tiene un cuadro de síndrome de estrés postraumático.
Puede tener ataques violentos.
- Mi mujer vio unas marcas que tenía en el brazo.
- Me lo hice yo.
M de Marcos.
E de Eguía.
Yo sabía que me buscabas.
Y soñaba con que me encontrabas.
[Enrique] He hablado con el ministro para que se ocupen del caso desde Madrid.
[Eguiá] Su nieta ha establecido conmigo una relación de confianza.
No quiere hablar con nadie.
- Eguía, basta ya, por favor.
- De usted depende.
[Fernando] No quiero que tu padre se empeñe en la dichosa prueba del ADN.
- Es normal que se preocupe.
Es mi hija.
- Tú lo has dicho: Tu hija.
[Toni] En la tele están diciendo que estuviste encerrada en una casa en Ruiloba.
No dicen nada del camión.
[Lidia] El caso es que Paula nunca nos habló de un secuestrador.
- Lo que importa es que nuestra hija está en casa.
Lo demás me sobra.
[llamada al celular] - Inspectores.
Es la vecina de la casa de al lado.
[Costa] ¿Qué es eso tan importante que nos tiene que contar?
- Pues que la policía venía bastantes veces a esta casa?
- ¿La policía?
- Andrés Herrera llevaba tiempo de baja y casi no salía.
Sus movimientos eran por la red.
- Utilizaba la red Tor para hacerse con material pornográfico de menores.
[mujer] ¿Marcos?
[gemidos] [llamada al celular] - Vamos, contesta.
[hombre] ¡Inspectores!
Se han producido llamadas desde el móvil de Andrés Herrera.
[Costa] ¿Cómo?
- Ahora mismo todos los periodistas del país se vuelven locos con la idea de cubrir lo sucedido.
No quiero que te desvíes.
- ¿Te refieres a si es o no es la niña?
[Enrique] ¿Estás segura de que es ella?
Ha pasado mucho tiempo.
Era muy pequeña cuando desapareció.
Y todo es posible.
- Paula, ¿qué haces aquí?
- ¿Qué coño hacías hablando con McMahón?
- Nos ha dado vía libre para llevar a la niña al zulo.
Es lo que buscábamos, ¿no?
¿Fue Andrés Herrera quien te encerró aquí?
Sé que reconoces todo esto.
Sé que mientes.
Tienes que confiar en nosotros.
- Solo en ti.